sábado, 22 de agosto de 2015

Te transformará...

Las sombras que sombreas...
Las cosas que escondes...

Todo eso...
Eso todo...

Se transformará...

Las luces que deslumbras...
Las cosas que dices...


Eso todo...
Todo eso...

Te transformará...

David Marcelo Finzi.-

lunes, 1 de junio de 2015

Realidad...

Que se haga
invierno el verano...
Y de repente
aparezcan desnudas
todas las letras.

Que se haga
otoño la primavera...
Y de repente
empiecen a caer
las verdades.

Que se convierta
el suelo en techo,

que lo infinito
se haga tangible,

que el aire
se convierta en agua,
y el agua en aire...

Que tus besos
se hagan realidad...
Y deje
de soñarlos...

David Marcelo Finzi.-

domingo, 17 de mayo de 2015

A veces...

Me pregunto, 
me pregunto todo el tiempo... 
A veces, 
encuentro respuestas. 
Otras, 
las invento... 

Y cuando no las encuentro 
ni las invento, 
espero 
que me las dé 
el tiempo... 

A veces
me pregunto,
cómo es 
que las respuestas 
llegan 
sin hacerse 
preguntas? 

Y caigo 
en la metáfora, 
me reinvento... 

No soy yo, 
es mi... 
es mi espíritu 
encapsulado
entre mi rengueo 
y mi mano manca... 

Soy yo! 
Soy yo saliendo 
de esta mano y este pie 
cada vez menos rengos, 
que me ataban 
y me dieron alas...

David Marcelo Finzi.-

¿Y si la próxima re-evolución es el amor?

¿Y si la próxima re-evolución es el amor?

Yo quiero creer en la vida fuera de este planeta, todos nos merecemos creer en ello; pero para poder recibir algo debemos estar preparados para soportarlo. En la naturaleza, la vida es sabia!

Qué les parece esto: Vienen seres extraterrestres, y en lugar de traernos una guerra interestelar los recibimos con amor... ¡Qué lindo sería! ¿No? ¡Qué lindo tener en un futuro alguien en quien confiar fuera de este planeta! ¡Qué lindo poder transmitirles paz, alegría, amor, bondad! ¡Qué lindo!

martes, 28 de abril de 2015

Absolutamente

Uno se va formando de conocimiento en la vida y va descubriendo caminos. Nunca me creí el cuento que me contaron, siempre quise ir un poco más allá de la verdad en las cosas que realmente me interesan.

Últimamente ando detrás de una teoría de vida. Una que me permita, tanto entender y creer a Dios como valorar las cosas que me rodean.

Llegué a una conclusión, una de esas de las que difícilmente se vuelve. Una conclusión teológica con un amplio sentido tanto en nuestra vida como en la vida de todas las cosas. Porque sí, todas las cosas tienen vida. No hay nada muerto, nada que no tenga la presencia de Dios.

Pienso que Dios es la fuerza que mueve los electrones alrededor del núcleo del átomo. Todos tenemos esa energía, está presente en absolutamente todas las cosas. Todo, ABSOLUTAMENTE todo lo demás (cómo y dónde utilizamos esa energía) depende plenamente de nosotros mismos!

Tenemos que ser responsables y usarla como corresponde en lo que corresponde para seguir sumando, para que en el mundo haya menos guerra (de cualquier índole!) y se comparta más, para que no se desperdicie tanto en lo que no vale la pena y se ponga un poco más en lo que sí...

Sólo así estaremos creando futuro para las futuras generaciones.

Carpe diem!

martes, 21 de abril de 2015

¿Qué nos pasa?

¿Qué nos pasa?
A mi no me pasa...
A vos no te pasa...
¿A quién le pasa?

Pasa que me pesa
que tantas cosas
nos pasen...

Y no hacemos nada
Para que nos pase
lo que nos tendría
que pasar...

Ni para que no
lo que no...

Pasa que me pesa
que no les pase
ni les pese...

David Marcelo Finzi.-

lunes, 6 de abril de 2015

Poema sin título...

Necesito ir
allá donde los animales
son libres...

Porque me han contado,
mejor dicho:
He leído.
Que desde un elefante
hasta un escarabajo
tienen el poder
de hacer
lo que quieran hacer...

Ellos no saben más
que luchar
por sus vidas

Y díganme,
si no
les parece eso
más inteligente
que esto...

¿Qué estamos haciendo?

Por favor, quiero ser un animal...
O un humano sabio.

Y transformar,
naturalmente
sí, de forma natural...
Esto en aquello
Para volver a ser
eso que tanto anhelamos...
Y de lo que nos alejamos tanto...

David Marcelo Finzi.-

miércoles, 11 de marzo de 2015

Mi Aconcagua


Nací un 17 de marzo de 1985 en la Ciudad de La Falda. Después de pasar por varias casas finalmente vivo en barrio Parque Horizonte, en la Ciudad de Córdoba, en una casa frente a una plaza en la que todos los días sale el sol y de noche, a veces, lo hace la luna...

Desde muy chico siempre fui deportista. Primero, carrera de Triciclos (habré tenido 3 años cuando corrí en Triciclo). Segundo (ya un poco más en serio), BMX (BiciCross). Cada vez que había carrera en Alta Gracia, Villa Allende o Saldán allí me llevaba mi papá, y yo (con un casco rojo para moto pesadísimo) competía. Siempre terminaba en 3º o 4º lugar. Corrían 6 ó 7 competidores como mucho. Después ya un poco más grande, MTB (Mountain Bike). La idea era andar en bici, me iba a todos lados en ella. Y por su puesto también andaba en la montaña. Un día vi en la tele como hacían escalada deportiva. Y allí fui... Todo lo que era deporte extremo lo intentaba. No me paraba nadie!

Allá por el 2002 con mi papá compramos un cuadriciclo (la plata la puso él, pero el cuadri lo usábamos los dos). Así que la idea era irnos a las sierras y andar en el cuadri. Hasta que un finde yendo a Río Grande (Yacanto de Calamuchita) me caí. A pesar de que llevaba casco, hice un hematoma en el cerebro y después de un viaje relámpago hasta Córdoba (estábamos como a 135 km en medio de la nada!) el cual terminó en dos operaciones a cráneo abierto, quedé hemipléjico. El lado que se me vio afectado fue el derecho. Desde la punta de los pelos (que me los tuvieron que cortar para operarme) hasta los dedos del pie. Todo eso paralizado y con espasticidad (la espasticidad es un trastorno motor del Sistema Nervioso Central en el que algunos músculos se mantienen permanentemente contraídos, en mi caso los del lado derecho del cuerpo). Perdí la capacidad de hablar, tenía la lengua entumecida y las cuerdas vocales atrofiadas. No recuerdo si pasé por algo peor que el día en el cual me desperté del coma. Creo que no...

Después de más o menos 25 días en el hospital volví a mi casa. Lo hice en una ambulancia acostado en una camilla, de a poco me fui pudiendo sentar y parar. Caminar era algo que veía muy lejos! Hasta que un día apareció en mi vida un aparato de hierro que pesaba unos tres kilos y me llegaba hasta por encima de la rodilla que me ayudaba a hacerlo (caminar). Ese lo tuve como por dos o tres largos años hasta que vino uno que era más chico, de plástico y más cómodo. Bueno, era lo que había! Yo lo único que quería era poder moverme solo... En el año 2009 surgió la posibilidad de operarme. Una Neurotomía selectiva del nervio Tibial posterior. La operación me sirvió solamente para eliminar los aparatos de mi vida (las ortesis y férulas se fueron!).

Siempre busqué una solución de raíz para la secuela que me quedó después de aquel accidente, una solución rápida y definitiva. Siempre estuve seguro de que la había! Nunca perdí las esperanzas. Y en la búsqueda aprendí muchísimo sobre neurología!

En enero del 2013, durante una visita a mis primos y tíos en Buenos Aires, sorpresivamente me llamó mi hermana mayor (tengo 4 hermanas...) para contarme que había conocido un tipo que conocía a un médico que descubrió una técnica para repolarizar neuronas. Ahí mis esperanzas crecieron, no estaba todo perdido!

El 30 de septiembre de 2013 viajé con mis padres a la ciudad de Santa Rosa, en La Pampa; para ver al doctor que me había recomendado Néstor (el tipo que conoció mi hermana). Me inyectó un centímetro de Procaína al 0,1% en la Carótidas (arteria que irriga sangre a la corteza motora del cerebro). Con esa inyección (al instante!) ya se notaban cambios. Mi pie iba un poco menos torcido y el brazo derecho lo tenía un poco más blando. Después de idas y venidas con ese 'médico', me terminé haciendo ver por un especialista en Terapia Neural de Traslasierra que atiende dos días a la semana en la ciudad de Córdoba.

Hoy, este médico me está inyectando 6 centímetros de Procaína al 0,7% casi todos los meses (fue progresivamente) desde hace poco más de un año. Los cambios fueron brutales! Lo más importante es que ahora puedo dormir! Antes directamente cerraba los ojos y muy rara vez dormía por más de dos horas sin despertarme. Ahora duermo de corrido desde que me acuesto hasta 6, 7 u 8 horas (a veces más!) y hasta me doy vuelta en la cama sin darme cuenta. Volví a usar un calzado que había descartado por que se me torcía mucho el pie cuando lo usaba. No estoy bostezando todo el día (antes era un bostezo tras otro). Antes, cuando hacía algún esfuerzo fuera de lo normal (como caminar más de 10 cuadras, pedalear o cuando tenía rehabilitación) no había forma de que me duerma. Pasaba las horas acostado cerrando los ojos, contando ovejitas o dando vueltas en la cama. Ahora estoy considerando la opción de comprarme un Triciclo Recumbente para volver a hacer eso que tanto me gusta y que dejé de hacer hace casi 13 años. Tengo uno en casa el cual estoy probando. Ayer pedalié 12 kilómetros y dormí como un angelito.

Yo en la Recumbente

Lo más loco de todo esto es que el ejercicio físico aumenta el tono muscular y, según los neurólogos, el aumento de tono muscular aumenta la espasticidad. En mi caso las neuronas están despolarizadas o polarizadas negativamente debido a un golpe o alta presión intracraneana (el coágulo que se me formó en el cerebro oprimió a éste contra la pared opuesta del cráneo, generando en el lóbulo frontal izquierdo el ‘daño’, teóricamente irreversible…). La Procaína lo que intenta es repolarizar neuronas dañadas. Devolviéndoles su funcionalidad y permitiendo que actúe la Plasticidad Neuronal (la capacidad de una neurona de replantearse funciones, cosa que antes estaba bloqueada debido a la polarización inversa de las neuronas).

Antes era de plantearme el famoso "Por qué a mi?", hasta que encontré la respuesta: "Porque yo tengo el poder de superarlo"... Ahora me pregunto si hubiese sido el mismo si no me hubiera pasado aquel accidente, si me hubiese planteado las cosas que me planteo ahora. Seguramente que no, mi vida hubiera sido monótona y aburrida, hubiera conseguido una novia bonita o me hubiese subido al Aconcagua (era mi gran sueño), quizás me hubiese ido a Australia o hubiera sido Guarda Parques o un grandioso Biólogo! (eran mis otros grandes sueños!). Pero mi vida tomó otro rumbo! No el de los éxitos materiales (si bien aprecio todo lo material que tengo) ni el de los logros sustanciales. Este es otro Aconcagua, y no se sube escalando.

David Marcelo Finzi.-