lunes, 15 de diciembre de 2008

Un ventiluna...


Un ventiluna, una ventanita por donde se veía la Luna. Sí, yo le digo ventiluna. Porque por ella, se ve la Luna... Y no es una Luna cualquiera. Es la Luna que entra por mi ventiluna.
La Luna, la fiel y compañera Luna. Y pensar que si no existiría, no tendríamos motivos; motivos para llegar a la Luna, motivos para ver la Luna, motivos para contemplarla... Motivos...
El motivo por el que te estoy buscando, es muy diferente... No es para llegar, no es par ver, no es para contemplar... Es para sentir, para tocar, para vivir, para tener, para querer, para amar...
Yo, estoy seguro... Vos, estás ahí... Y no te dejás ver... Por eso, me derrito lentamente, por si tus ceras de metal líquido me quemaran lo inquemable...





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